miércoles, 18 de noviembre de 2009

Richard Wagner: El Holandés Errante

Escena segunda
(callada y sin hacer ruido alguno, la espectral tripulación del Holandés arría las velas. El Holandés salta a la tierra, viste traje español negro)
Holandés
El plazo ha expirado...y otra vez han transcurrido siete años...
LLeno de hastío me arroja el mar a tierra ¡Ah orgulloso océano!
¡En breve plazo volverás a llevarme!
Tu obstinación es doblegable, pero mi tormento es eterno.
¡La salvación que busco en tierra jamás la encontraré!
¡A vosotras corrientes del mar océano, os permaneceré fiel...
hasta que vuestra última ola se rompa...
y vuestro último líquido se seque!
Cuán a menudo me precipité lleno de ansia
en el más profundo abismo del mar:
¡Mas, ay, no hallé la muerte!
Allí, donde está el terrible cementerio de barcos
arrastré mi navío hasta los escollos:
¡Mas, ay, allí no se cerró mi tumba!
Escarneciéndole, provoqué al pirata
en salvaje combate esperé la muerte:"¡Aquí!"-le grité-
"ejerce tu oficio, barco y botes están llenos de tesoros!"...
¡Mas ay! El bárbaro hijo del mar se santiguó
y huyó de allí empavorecido
¡Cuán a menudo me precipité lleno de ansia
en el más profundo fondo del mar!
¡Allí, donde está el terrible cementerio de barcos
arrastré mi navío hasta los escollos!
¡En ninguno parte una tumba! ¡Jamás la muerte!
Ésta es la orden terrible condena.



Edición de Ángel Fernando Mayo y Juan Ángel Vela del campo. Cátedra/Expo´92. pp:52-53

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