jueves, 22 de octubre de 2009

Erving Goffman, "Estigma":

[...]Un esclerótico múltiple señala: "Tanto las mentes como los cuerpos sanos pueden sufrir de invalidez. El hecho de que la gente normal pueda moverse ver y oír no significa que realmente vean y oigan. Pueden estar muy ciegos ante cosas que deterioran su felicidad, muy sordos ante el pedido de afecto de los demás; cuando pienso en ellos no me siento ni más inválido ni más incapacitado. Tal vez pueda, en cierta medida, abrirles los ojos a las bellezas que nos rodean: un cálido apretón de manos, una voz ansiosa de consuelo, una brisa primaveral, una música, un saludo amistoso... Y un escritor ciego le contestó: eso llevaría inmediatamente a la idea de que existe una gran cantidad de acontecimientos que pueden reducir el placer de vivir de modo mucho más efectivo que la ceguera, adoptar esta manera de pensar puede ser enteramente sano. Desde este punto de vista podemos percibir, por ejemplo, que una deficiencia como la incapacidad de aceptar el amor humano, que de hecho disminuye el placer de vivir casi al punto de hacerlo desaparecer, es una tragedia mucho más grave que la ceguera. Pero, por lo general, quien padece un mal así ni siquiera lo advierte, y no puede, en consecuencia, sentir compasión por sí mismo”[...].

No hay comentarios:

Publicar un comentario